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jueves, 17 de abril de 2008

El reverso de la prosperidad: ¿castigo de Dios?

“Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Pensáis que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos los galileos?
Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente”
(Lucas 13 : 2)

Amada Iglesia:
En esta ocasión vuelvo a violar las reglas homilética y literaria, escribiendo sobre varios temas, aparentemente inconexos en un solo mensaje, como amablemente me corrigiera mi amigo y hermano de la revista Imagen. Pero, vuelvo a defenderme diciendo que el invisible hilo conductor existe y los invito a descubrirlo.

1- Ante el grave problema económico de un hermano, las preguntas que le hicieron el pastor y otros hermanos, eran sobre si estaba dando milimétricamente su diezmo o si tenía algún pecado oculto. Y notaba este atribulado cristiano que los hermanos de la iglesia habían comenzado a alejarse de él, tal vez sospechando que adolecía del pecado y del contagioso castigo de Dios, como maldiciones que se pegan hasta con el saludo.

Es que así como piensan, que quien se enriquece materialmente es porque está en buena relación con Dios y su riqueza material es el pago o la bendición de Dios, por su buena conducta y su fe, asimismo condenan al pobre acusándolo de ser un pecador que está sufriendo el castigo divino por su falta de fe y obediencia a Dios.

“Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios” (Juan 16 : 2)

¿Qué dirán de los apóstoles Pedro y Juan cuando le confesaron al parálitico a la entrada del templo de Jerusalén, que no tenían plata ni oro, siendo tan cercanos a Jesús? Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy” (Hechos 3 : 6)

¿O del apóstol Pablo, quien tenía que trabajar fabricando tiendas con sus manos, ya que no había obtenido la prosperidad material con su ministerio? “Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido” (Hechos 20 : 33)

¿O de aquel profeta de Dios, quien murió dejando a su viuda llena de deudas, en tiempos de Eliseo? “Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos” (2 Reyes 4 : 1)

¿O del mismo Jesucristo, quien no tuvo ni donde recostar su cabeza? “Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza” (Mateo 8 : 20)

2- Contaba el pastor de una iglesia que caminando por la calle, lo había saludado una persona que no reconocía ni recordaba, la cual le dijo que había sido oveja suya durante cierto tiempo no muy lejano. Con algo de vergüenza le preguntó el motivo de no continuar en su congregación y esa persona le confesó que cuando tuvo un gran problema y una fuerte crisis personal, que lo incapacitó moral, anímica y aún físicamente, para congregarse, nadie se interesó en visitarle ni preguntó por él, ni mucho menos trataron de ayudarle en su tribulación.

“Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: !! Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos ! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado” (Ezequiel 34 : 1)

Muchos pastores y hermanos, creen que la única labor ministerial válida es la de salir a buscar “las almas perdidas”, para llenar el templo de la iglesia y aumentar el número de miembros de la congregación. Esa es una prioritaria y urgente labor, pero tan importante como llenar recintos y estadios, es el cuidado que se debe tener con los que han llegado y permanecen. Debe haber porteros dando acogida en la puerta delantera, pero también debe haber porteros impidiendo la salida por la puerta trasera, metafóricamente hablando.

Me viene a la mente esta consideración, pues en estos días he recibido unos mensajes donde literalmente me dicen algunos que en lugar de enseñar y corregir las falsas doctrinas, debería salir a predicar a los perdidos. Lo dicen en contraposición, como si lo uno excluyera lo otro, olvidando que nuestro Señor Jesucristo instituyó cinco ministerios, no uno solo, a fin de perfeccionar a los santos, para la obra del ministerio y para la edificación del Cuerpo de Cristo.

“Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo” (Efesios 4 : 11)

Esos hermanos piensan que lo único importante es llenar el local o las graderías, porque después se entretiene la concurrencia con un atractivo espectáculo. Para eso tienen un coro con vistosos uniformes, unos bailarines bien ensayados y unos cantantes profesionales con muy buena voz y actuación.

“Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio” (Oseas 4 : 6)

Esas iglesias y ministros menosprecian el estudiar y el escrudriñar las sagradas Escrituras donde obtenemos el conocimiento bíblico que nos hace crecer en fe, en Espíritu y en capacidad ministerial, llegando a suprimir los institutos bíblicos, como lo han hecho las congregaciones que introdujeron la secta piramidal G-12, aduciendo que el mucho estudio bíblico vuelve a los hermanos supuestamente intelectuales sin Espíritu (?), pero en realidad, lo único que les interesa es que aprendan la técnica del “encuentro” esotérico y el manejo del grupo de doce, para que lleguen los diezmos a la cabeza de la pirámide.

“Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza” (1 Timoteo 4 : 13)

“Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento” (Filipenses 1 : 9)

3- Miraba cómo una predicadora de apellido Méndez y con título de profeta, en el canal Enlace TBN, otra vez el mismo canal, pregonaba que los cristianos debemos asumir nuestra condición de reyes, compitiendo en política y apoderándonos del gobierno civil, pues tenemos mayores derechos que los impíos, y la Iglesia debe gobernar este mundo.

En el mismo canal, otro predicador de apellido Solis, arengaba a la congregación, diciendo que “la gente de pacto” (¿una clase aparte de cristianos?), son gente conquistadora que está llamada a gobernar y a poseer este mundo, que camina hacia delante, sin mirar atrás, y se apodera de todos los bienes, del gobierno y de la prosperidad, además, la Iglesia del tiempo final será una iglesia gloriosa, sin mancha y sin arruga, es decir, una iglesia que estará por encima en riquezas y dominará a todos los reinos de este mundo !!!!

“Respondió Jesús: Mi Reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi Reino no es de aquí” (Juan 18 : 36)

Oh, qué soberbios, estos predicadores de grandezas, riquezas y poderío de este mundo !! Predican una Iglesia imperial o imperialista, de miembros que están en la iglesia buscando volverse multimillornarios, que también buscan y tendrán el poder político, además del económico……..vaya usted a saber, si también incluyen el poder espiritual (o es que confunden el poder terrenal con el espiritual !)

“Otra vez le llevó el Diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares” (Mateo 4 : 8)

Sueñan (y para ellos, soñar es tratar de “materializar” sus deseos visulizándolos y confesándolos), repetimos, con una Iglesia imperial o imperialista, dueña de grandes capitales y bienes terrenales, así como del gobierno político, de la manera como lo obtuvo la iglesia católica desde la Edad Media, cuando nombraba los emperadores y reyes de todos los paises europeos, quienes quedaban sometidos al gobierno civil del papa católico, ante quien se arrodillaban. Las riquezas de esa falsa iglesia fueron creciendo hasta la opulencia descomunal del Vaticano de hoy, con un jefe o papa que es a la vez el rey de su estado político (la gran Babilonia de Apocalipsis 17).

Hasta aquí por hoy, sin haber mencionado al justo Job, paradigma de la contradicción que significa el sufrimiento y la tribulación de los justos.

Somos justos no por nuestras obras o méritos, sean monumentales, muchas o pocas, sino por la fe en nuestro Señor Jesucristo y por su sangre.

Agradeciendo a Dios y a ustedes, el permitirnos llevarles esta meditación de su Palabra, solo por amor. Por amor a Cristo, a su Evangelio y a ustedes, Iglesia nuestra.

Dios les continúe bendiciendo.
Vicente Mercado Santamaría.
Cristianos en Acción
Contendiendo ardientemente por la fe (Judas 3)
cristianos.en.accion.hoy@hotmail.com
Barranquilla, Colombia

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